Sostenibilidad

Cómo reutilizar escenografías de otras producciones artísticas

Cómo reutilizar escenografías de otras producciones artísticas 2560 1707 admin

En el mundo del teatro, cada producción es única. Desde la interpretación y la dramaturgia hasta los elementos visuales que componen el escenario, todo tiene un papel esencial en contar una historia. Sin embargo, una vez que la última función ha terminado, ¿qué sucede con los decorados y materiales que se utilizaron? Muchas veces, estos se almacenan, acumulando polvo en un almacén o, peor aún, son descartados y considerados desperdicio. Aquí es donde entra en juego el upcycling o, lo que es lo mismo, la reutilización creativa de materiales para darles una nueva vida.

¿Qué es el upcycling en el teatro?

El upcycling consiste en reutilizar elementos que ya no se necesitan y transformarlos en algo nuevo y útil, con un valor añadido. A diferencia del reciclaje, que suele descomponer materiales para hacer otros productos, el upcycling conserva la forma original de los objetos y los adapta para una nueva función. En el teatro, esta técnica tiene un valor inmenso, no solo por su contribución a la sostenibilidad, sino también por la creatividad que implica el proceso de transformación de los decorados de una producción a otra.

Caso de estudio: «Mi Abuela no se llama Carmen»

Un ejemplo concreto del poder del upcycling en el teatro es la producción «Mi Abuela No Se Llama Carmen« dirigida por Ana Mayo y estrenada en el Teatro Fernando Fernan Gómez en marzo de 2024. En esta obra, reutilizamos gran parte de la escenografía de trozos de producciones anteriores, que en su origen tenía un estilo completamente diferente. A pesar de las diferencias estéticas entre ambas producciones, el upcycling nos permitió adaptar los decorados de forma creativa y coherente con la nueva narrativa.

El proceso comenzó con la evaluación de los materiales disponibles. En nuestro caso, teníamos a nuestra disposición materiales de la reconocídisima compañía Kulunka Teatro y escogimos el suelo de la producción Edith Piaf y las plantas artificiales de Quitamiedos. También pedimos al Teatro Fernan Gomez, espacio en el que se estrenaba la función, gravilla negra que tenían de una producción anterior. Queríamos que el sofá y la alfombra fueran de la abuela de la autora y actriz Ana Mayo, pero por estética, escogimos otro sofá que finalmente compramos en Wallapop. Lo único que compramos ex profeso fueron los telones de gasa de algodón que confeccioné y teñí manualmente.

En lugar de desechar todo y empezar de cero, decidimos darles un nuevo propósito. Modificamos las piezas de madera originales para construir una nueva atmósfera que se ajustara a la historia de «Mi Abuela No Se Llama Carmen».

Lo más interesante fue que este enfoque no solo redujo nuestros gastos en la escenografía, sino que también aportó una riqueza visual única, dando la sensación de que los elementos del escenario, con su textura y acabado envejecido, formaban parte de la historia y los recuerdos que evocaba la obra.

Transformación de narrativa visual

Transformar la narrativa visual de una obra utilizando elementos de otras producciones no solo no nos estancó, sino que nos permitió tejer una conexión profunda entre el pasado y el presente. En la producción Mi abuela no se llama Carmen, queríamos rendir homenaje a la abuela de Ana y a todas las mujeres que vivieron la Guerra Civil Española y sus secuelas. Carmen, refugiada del campo de Argeles-sur-Mer, representaba a todas aquellas que fueron desarraigadas y que sobrevivieron. Inspirados en la escultura conmemorativa del campo, que muestra un monolito rodeado de flores, creamos un espacio escénico en el que Carmen no solo habita un entorno doméstico, sino que está simbólicamente atrapada en algo más grande que ella misma: una fuerza universal que envuelve a todos los refugiados. Esta combinación de elementos visuales antiguos y nuevos nos permitió profundizar en la dimensión emocional y simbólica de la historia, uniendo lo íntimo y lo colectivo.

Beneficios del Upcycling en Escenografía

  1. Ahorro de Recursos: Reutilizar materiales ya existentes reduce el costo en materiales nuevos y construcción. En «Mi Abuela No Se Llama Carmen», se logró ahorrar hasta un 30% del presupuesto estimado para la escenografía, simplemente reimaginando lo que ya teníamos a nuestra disposición.
  2. Menor Impacto Ambiental: Al reducir la demanda de nuevos recursos, el upcycling disminuye la huella ecológica de la producción. La construcción de una escenografía suele requerir madera, pintura y otros materiales que, al desecharse, generan un gran impacto negativo en el medio ambiente. Con el upcycling, alargamos la vida útil de esos recursos.
  3. Creatividad y Originalidad: El proceso de transformar lo antiguo en algo nuevo desafía a los escenógrafos y diseñadores a pensar de manera creativa. En lugar de ver limitaciones, el upcycling abre un mundo de posibilidades. Cada elemento reutilizado trae consigo una historia, un pasado que enriquece la narrativa visual de la nueva producción.
  4. Conexión Emocional: Al reutilizar piezas con historia, como ocurrió en «Mi Abuela No Se Llama Carmen», los decorados adquieren una mayor carga simbólica y emocional, conectando aún más al público con la atmósfera de la obra. Los objetos en escena no solo decoran, sino que también cuentan su propia historia.

Conclusión

El upcycling en el teatro no es solo una manera de ahorrar dinero o ser ecológico, es una herramienta para enriquecer nuestras producciones con historia y creatividad. Como vimos en «Mi Abuela No Se Llama Carmen», cada objeto reutilizado aporta algo único a la narrativa, convirtiendo cada escena en un reflejo de nuestra capacidad para reinventar y transformar.

Cómo el Upcycling en el teatro impulsa la Sostenibilidad y la Creatividad

Cómo el Upcycling en el teatro impulsa la Sostenibilidad y la Creatividad 1920 1281 admin

En el mundo del teatro, la creación de escenografías siempre ha sido un pilar fundamental para definir el tono, la atmósfera y el contexto de una obra. Sin embargo, en un sector donde la producción constante puede generar una cantidad significativa de desperdicio, el upcycling (o reutilización creativa de materiales) no solo aparece como una solución sostenible, sino como una fuente inagotable de creatividad.

Uno de los ejemplos más claros de cómo el upcycling impulsa la sostenibilidad y la creatividad fue durante mi trabajo en la producción de Miscelánea de las Mentiras. El reto era crear una escenografía innovadora con un presupuesto limitado, pero con el compromiso de evitar generar nuevos desechos. La solución no tardó en llegar cuando Nuria Cruz, jefa de producción de Barco Pirata me preguntó si me interesaban los bastidores y suelos de la producción de ¿Quién es el señor Smith? que estaban a punto de ser liquidados.

Quien es el señor Smith, escenografía original de Estudio De Dos.

El rescate de los materiales

Los bastidores y suelos de ¿Quién es el señor Smith? habían cumplido su función en esa obra y, como suele ocurrir, su futuro más probable era terminar en la basura o almacenados indefinidamente. En lugar de dejarlos ir, decidí darles una nueva vida y convertirlos en los cimientos de la escenografía de Miscelánea de las Mentiras. Este proceso no solo me permitió aprovechar los materiales ya existentes, sino que me brindó una oportunidad creativa única para reinterpretar su uso y adaptar su significado a la nueva narrativa.

El proceso de transformación

El primer paso fue examinar a fondo los bastidores y suelos que habían quedado tras ¿Quién es el señor Smith?. Aunque estaban en buen estado, necesitaban una intervención para encajar en el mundo de Miscelánea de las Mentiras, una obra cargada de simbolismo.

Tras varias ideas iniciales, opté por modificar las superficies, fresando para imitar baldosa y agregando capas de textura y color que no solo transformarían la apariencia. Estructuralmente también tuvimos que hacer cambios para que se adecuara a las medidas que nos interesaban: cortamos suelo, pintamos y adaptamos la viga frontal para hacer un sistema de lluvia.

Plano de implantación en Corral de comedias Alcalá de Henares realizado por Berta Navas. Escenografía para Mikel Arostegui

Escasez de talleres especializados en el proceso de upcycling

Es importante reconocer que estos procesos de upcycling no están exentos de dificultades. En la actualidad, aún no existe una red de talleres especializados en reciclaje y transformación de materiales en el ámbito teatral, lo que puede complicar la adaptación de ciertos elementos. Para llevar a cabo las modificaciones estructurales necesarias en los bastidores y suelos, tuve que contratar a un herrero que se encargara de realizar los ajustes y refuerzos. Mientras tanto, me ocupé de pintar los efectos y crear las texturas que darían vida a la escenografía. Esta colaboración fue fundamental para garantizar la calidad y la seguridad de las piezas, lo que subraya la importancia de contar con profesionales capacitados en el ámbito del reciclaje artístico.

Sostenibilidad en el teatro

El upcycling no solo es una estrategia creativa, sino también un paso esencial hacia un teatro más sostenible. Al reutilizar materiales, no solo evitamos generar desechos, sino que también reducimos el consumo de recursos y la huella de carbono que conlleva la fabricación de nuevos elementos. Además, este enfoque fomenta una mentalidad colaborativa en la industria, donde las compañías teatrales pueden intercambiar recursos y aprovechar lo que otros ya no necesitan.

Un futuro más consciente

En un mundo donde la sostenibilidad se vuelve cada vez más urgente, el teatro no puede quedarse atrás. Incorporar prácticas de upcycling no solo nos ayuda a ser más responsables con el medio ambiente, sino que también nos ofrece una fuente inagotable de inspiración creativa. La experiencia con Miscelánea de las Mentiras fue un recordatorio poderoso de que lo que muchos consideran «desechos» puede convertirse en el material base de una nueva narrativa visual.

Si bien el upcycling presenta algunos desafíos técnicos, como adaptar materiales a nuevos contextos o asegurar su durabilidad, los beneficios superan con creces cualquier inconveniente. No solo es una práctica sostenible, sino también una forma de honrar y expandir el legado de producciones anteriores, permitiendo que cada pieza escenográfica cuente más de una historia.

En resumen, el upcycling en el teatro es una herramienta poderosa que impulsa tanto la sostenibilidad como la creatividad, transformando no solo materiales, sino también nuestras formas de narrar y conectar con el público. En un mundo donde las historias se cuentan cada vez con más consciencia, el teatro puede liderar el camino hacia un futuro más sostenible y artístico.

Cesión en lugar de comprar: La solución sostenible para producciones teatrales sin gira

Cesión en lugar de comprar: La solución sostenible para producciones teatrales sin gira 2560 1707 admin

La sostenibilidad se ha convertido en un valor fundamental en mi producción artística. Recientemente, tuve la oportunidad de trabajar en la obra La prueba de los ingenios dirigida por Noelia Perez, que se estrenó en junio durante el Festival de Teatro Clásico de Alcalá de Henares. Desde el principio, sabía que debíamos abordar el proyecto de manera creativa pero el festival nos ofrecía un presupuesto muy bajo y la gira de la obra no estaba garantizada, así que comprar todo el vestuario para pocas representaciones no era una opción .

Con estas condiciones en mente, insistí en la importancia de encontrar materiales de calidad sin necesidad de realizar grandes compras. Afortunadamente, todos los miembros del equipo éramos egresados de la Real Escuela Superior de Arte Dramático, lo que facilitó la aprobación de una cesión por parte de dicho centro. En lugar de comprar vestuario, decidimos solicitar la cesión de materiales de producciones anteriores. Esto no solo nos permitió reducir costos, sino también fomentar una cultura de reutilización y colaboración en el sector.

La propuesta de cesión fue aprobada, lo que resultó en un acceso valioso a una variedad de vestuario que, de otro modo, habrían permanecido almacenados. Al reutilizar estos materiales, no solo logramos una estética rica y coherente para La prueba de los ingenios, sino que también contribuimos a un enfoque más sostenible en la producción teatral.

La escenografía, que decidimos simplificarla para centrar la atención en el enredo de los personajes, fue prácticamente construida con piezas de segunda mano: los telones rosas nos los cedió la productora Bella Batalla del espectáculo Sucia, los cuales ya habíamos utilizado previamente en nuestro espectáculo Los prodigios. La escalera la compramos de segunda mano y los taburetes, que también eran de Los prodigios, los tapizamos con un telón sobrante.

La experiencia de trabajar en La prueba de los ingenios me reafirmó que la cesión de materiales es una solución no solo viable, sino necesaria para las producciones teatrales con y sin gira, pero especialmente aquellas que se crean en un contexto de festival o residencia y no van a utilizarse durante grandes periodos de tiempo. A medida que avanzamos hacia un futuro más sostenible, espero que más compañías adopten este enfoque y se unan al movimiento hacia un teatro más consciente y responsable.

Al final, la colaboración y la reutilización no solo son beneficiosas para el medio ambiente, sino que también enriquecen nuestra práctica artística y nos conectan más profundamente con la historia y el legado de las obras que representamos.